05 Feb Sistemas ADAS: qué son, cómo funcionan y por qué la DGT los considera tan importantes para la seguridad
Los automóviles modernos equipan cada vez más sistemas de asistencia a la conducción, que incrementan notablemente la seguridad activa y suponen los primeros pasos hacia una conducción completamente autónoma. Englobados bajo las siglas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems, por sus siglas en inglés), estos sistemas van desde el frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, la detección de ángulo muerto o el sistema de detección de fatiga, a la alerta de cambio involuntario y de carril, el mantenimiento activo en el carril, la alerta de tráfico trasero cruzado o el reconocimiento de señales de tráfico.
Según la Dirección General de Tráfico (DGT), si todos los automóviles llevaran sistemas ADAS, se produciría una reducción del riesgo de siniestro en España del 57%: hasta 51.000 accidentes se evitarían o sus consecuencias se verían mitigadas significativamente. En esta línea, la semana pasada Pere Navarro, director de Tráfico, abogó por que el Asistente de Velocidad Inteligente (ISA), el sistema de asistencia a la conducción que previene al conductor de exceder los límites de velocidad, acabe siendo obligatorio en los vehículos.
Los dispositivos ADAS necesitan de ‘ojos’ que vean todo lo que sucede alrededor del coche y recojan esa información, para luego actuar en consecuencia y ayudar al conductor a tomar decisiones con la mayor seguridad posible, explica Carglass, empresa dedicada a la reparación y sustitución de lunas de vehículos. Esos ‘ojos’ son diferentes sensores, cada uno de ellos con unas capacidades y limitaciones por su tecnología y naturaleza. Solo la combinación de la información aportada por todos ellos -denominada fusión de sensores- por parte del ‘cerebro’ del automóvil, produce un reconocimiento fiable del entorno.